«NO PODRÍAS HABERLO EVITADO, NO FUE TU CULPA»
Y si hice algo?
Y si trabaje demasiado?
Si hice mucho esfuerzo?
Si consumí algo que no le hizo bien?
Si le afectaron mis sentimientos?
Mis pensamientos?
Y si pude hacer algo más?
Y si hubiese hecho reposo?
Y si me hubiera quedado en casa?
Y si….
Una emoción central de estos procesos de duelo es la culpa, y sabemos que la culpa es estructural de la condición femenina.
Por eso una de las cuestiones centrales a trabajar es la desculpabilización, las madres cargan con la condena de por vida.
Se sienten malas madres, malas gestantes, la autopercepción de la responsabilidad y la culpa se convierten en una misma representación.
Ellas son las mayores implicadas en la pérdida, perciben sus úteros que alojan la vida y la muerte. Se confiesan “madres malas, malas madres, malas gestantes…” que no han podido retener a sus hijos con vida… o que sienten que directamente han atentado contra la vida de sus hijos.
No hay nada que hayas podido hacer, pero podés ir aliviando la culpa que nos mantiene en un círculo permanente de angustia y dolor. Deconstruir la culpa’
Éste día lo dedico, me lo dedico y te lo dedico.
A ésa parte mía, tuya y nuestra que aún siente que podría haber tenido algún control sobre la vida.
Esta publicación contiene párrafos de la Campaña del mes de octubre 2020, realizados conjuntamente con la Red Transdisciplinaria en Duelo Perinatal.