Los duelos en tiempos de pandemia.
La sociedad completa está en Duelo, es un duelo a escala global.
Sucede que estamos viviendo en una realidad nueva que no habíamos experimentado hasta ahora. Una realidad de total y absoluta incertidumbre, no sólo incertidumbre, sino que ya estamos condenados por los más oscuros presagios, y no del orden apocalíptico, sino de lo que ya han vivido otros países del mundo recientemente.
Una realidad de pandemia de un virus en particular (no es necesario reproducir su nombre.) Y una pandemia del miedo, que a mi modo de ver es tanto más grave que la anterior.
Estamos viviendo un tiempo de trauma social y colectivo. Estamos viviendo un tiempo de Duelo, parece que nuestro mundo, nuestra realidad tal como la conocíamos, ya no volverá a ser igual. Nada probablemente volverá a ser como antes.
No estoy apelando a una versión catastrofista, sino a una perspectiva realista. La sociedad completa está en duelo, es un duelo a escala mundial.
Cómo sabemos en estas situaciones, se reactivan las memorias filogenéticas, memorias del inconsciente colectivo de toda la historia de la humanidad sobre el planeta. Por lo cual, todo aquello que no ha sido resuelto, vuelve una y otra vez de distintas formas, ahora con el escenario de la pandemia.
Todo el dolor, por las muertes masivas en otros siglos, por epidemias, pandemias, guerras, movimientos migratorios, y todas las vivencias, experiencias, y emociones, todo lo que ha quedado congelado, por la imposibilidad de procesarlo en aquellos momentos.
También resuenan las memorias recientes de los pueblos que siguen emigrando… el trauma es en tiempo presente. Un presente que se perpetúa en el drama de un dolor inconcebible… Y que hasta ahora si no nos había tocado, podíamos mirar al costado… Ahora no podemos mirar al costado, nos toca a todos por igual.
Tanto lo actual, más lo que viaja del transgeneracional de tiempos inmemoriales, lo que no pudo ser visto, llorado, integrado, porque superaba nuestra capacidad de adaptación, de supervivencia, ha vuelto de una manera tan dramática, masiva y contundente. La omnipresencia de la muerte, amenaza de extinción como especie, como humanidad.
Y vuelve ahora, con otras posibilidades, quizás con otra evolución de la conciencia, con las nuevas tecnologías, que nos permite la conexión a nivel global de todos con todos al instante…
Pero antes de finalizar la nota, quisiera decir algo más, pareciera que todos los temas que fueron prioridad, quedan al margen, porque el único tema central es la pandemia.
En realidad, no es así, los temas se agravan, y me refiero personalmente como profesional de la maternidad, personal de salud, con perspectiva de género y derechos.
La violencia de género, la violencia obstétrica, la soledad en la crianza, la alta vulnerabilidad de las personas gestantes, en los nacimientos, en los puerperios, en las lactancias, las familias disfuncionales, las mujeres como jefas de familia solas con cantidad niñes a su cargo. Los derechos de les niñes vulnerados por la situación de aislamiento en situaciones de violencia intra-familiar. Las condiciones de trabajo de muchas mujeres de la economía informal, ahora sin ingresos, la carga desigual sobre las mujeres en todo tipo de roles y tareas, las violencias hacia las mujeres, los duelos perinatales, por sólo dar algunos ejemplos.
La situación sanitaria se ha agravado, los derechos adquiridos por el parto respetado se encuentran en muchos casos vulnerados. Los tratamientos y cirugías que no sean de urgencia deben ser aplazados. Las mujeres no concurren a centros asistenciales, hospitales públicos, instituciones privadas, guardias, etc. por temor a los contagios. Los derechos del personal sanitario también se encuentran en muchos casos vulnerados. La situación sanitaria está siendo desbordada.
Sólo deseo agregar, seguimos siendo las mujeres el eslabón más vulnerable y vulnerado, y nuestros duelos siguen estando y ahora se acentúan.
Que este tiempo de confinamiento, de tanta complejidad, nos permita abrir nuestra sensibilidad, para pedir ayuda y contar las unas con las otras.
Sepamos de nuestro valor, sepamos de nuestra vulnerabilidad, estamos en crisis, estamos en duelo, estamos afrontando como mejor podemos.
No me canso de repetirlo, el potencial más grande de salud de un ser humano, es su capacidad de pedir ayuda. Acudamos a nuestras redes afectivas, sepamos que el aislamiento es sólo físico.
Contemos las unas con las otras, mujeres nos tenemos, sigamos trabajando en redes. Nosotras parimos, nosotras gestamos la nueva humanidad, tenemos la fuerza, el amor, el deseo. Somos pura sensibilidad, empáticas, sororas, colaborativas, cooperativas, creativas, y activas luchadoras.
Anhelamos que todos los valores de lo femenino prevalezcan, que el entretejido de las redes y tramas vinculares entre las mujeres sigan creciendo, entramando creatividad, ayuda, servicio, amorosidad, empoderamiento, y esperanza.
#NoEstasSola #NoEstamosSolas
María Andrea García Medina