Quién decide ?

Quién decide detrás de la decisión de cada mujer?

Aquí voy a abrir un nuevo espacio, para abrir nuevos interrogantes.

Qué sucede cuando la interrupción no es por voluntad de la mujer, sino de un tercero. Puede ser su compañero/pareja eventual, puede ser un padre, una madre, puede ser una coyuntura económica, una condición laboral, etc.

Qué sucede cuándo se le impone a la mujer una decisión  bajo amenazas,  por ejemplo de abandono de su pareja, o de abandono familiar, o de pérdida laboral, etc.

Son muchos los testimonios, donde la mujer fue llevada a  tomar la decisión, donde aparentemente fue propia, y sin embargo luego con el tiempo, se revela que fue presionada por su pareja, terceros, o circunstancias.

Decisión donde además la variable más condicionante es la falta de tiempo. Cómo se hace para tomar una decisión donde no hay tiempo suficiente para pensar con claridad, para pedir ayuda, donde se toma la decisión en medio de una crisis, en estado de confusión y con todas las voces contradictorias de su entorno ?

Con el tiempo la mujer comienza a sentir, que de no haber mediado esas circunstancias, de esa presión o directamente imposición del entorno,  probablemente  hubiera continuado adelante, que había un deseo propio, que no fue respetado. 

Son los casos donde perdura en secreto la añoranza de la posibilidad de ser madre, junto con la imposibilidad de despedir a este hijo. Y con el agravante de que todos los que participaron en la decisión con el tiempo se desvanecen, y la mujer queda sola, con el peso de toda la responsabilidad y la culpa condenatoria sobre sí misma.  Con un deseo incumplido, que si la vida no le ha dado la posibilidad de volver a intentarlo, y de atravesar la experiencia de la maternidad, se convierten en  duelos de muy difícil resolución.

La pregunta fundamental es en qué medida la decisión de una mujer es propia, y en qué medida se encuentra atravesada por los miedos, los discursos, amenazas directas o veladas,  atrapamientos  conscientes e inconscientes, mandatos, etc. tanto de su pareja, familia y de su entorno social.

Son también  estos duelos, y con estas mujeres, con este dolor nos tenemos que involucrar porque son tantos los casos, donde la defensa por el derecho al aborto es absolutamente justa y legítima,  pero hay una problemática mayor, que es de fondo, donde no sabemos quién decide detrás de la decisión de cada mujer.

Esto no excluye la necesidad de dar un marco legal de protección a la mujer, porque más allá del proceso de la decisión, sea propia o sea producto de tanta complejidad, no significa que tenga que quedar en la clandestinidad, y poner en riesgo su vida.

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