Testimonio Guadalupe
Y ahora, volare hacia atrás en el tiempo…Hace 27 años, allá cuando jovencita estaba estrenando mi vida en matrimonio, entusiasmada con el comienzo, con el inicio, con el dibujo de lo que imaginábamos nuestra vida en familia, donde alimentábamos sueños de a dos, construyendo nuestro nido, mirándonos ilusionados rebalsados de proyectos para un futuro pleno y luminoso que nos esperaba.
La vida era vertiginosa, ajetreada y exigida, puro trabajo detrás de las metas. El objetivo era construir el hogar, darle formato material y cimentar los valores que serian los pilares futuros de ese gran amor. Aprovechábamos esa oleada de juventud y esa fuente que parece inagotable y rebosante de energía tanto física como emocional, que por cierto frecuentemente se desbordaba como un rio torrentoso por el mismo impulso, debiendo parar para encontrarnos de nuevo en la paz de su cauce.
Así las cosas, me sorprende la primer navidad de los primeros meses, mi primer embarazo. No lo esperaba tan rápido, tenía otros planes en el tiempo inmediato, entre ellos madurar nuestra impulsiva y tempestuosa relación de pareja, e ir puliendo algunas modalidades que no me estaban gustando hasta el momento de ambos. Éramos dos jóvenes discutidores, inmaduros, que proyectábamos en cada uno variedad de problemáticas de base, que hasta la nueva situación de convivencia no habían aflorado. La relación era bastante tensa para mi gusto.
La naturaleza se manifestaba en mi cuerpo, que respondía ,pero mi mente no estaba madura , tenia miles de incógnitas , primero acerca de ese compañero al cual estaba conociendo ya en su faceta más gris, pues hacía tiempo que la luna de miel se había terminado. Fueron semanas de angustia, de mucho desgaste mental. Hasta que una mañana note que tenía unas pérdidas de sangre. Acudí al doctor quien me mando reposo, pero al cabo de unas horas mi cuerpo impetuoso y volcánico se manifestó con lo que fue mi primer aborto espontaneo. Atónita, asaltada por la sorpresa y el imprevisto, muerta de miedo y dolor , sin poder controlar lo que le estaba pasando a mi cuerpo, me arrastre esa noche hasta el baño para darle curso a la hemorragia. Mi joven marido me acompañaba tratando de que no me desmayara por la baja de presión y el susto. ..Juntos, recolectamos el embrioncito en un recipiente y fuimos todos al médico. Así de golpe y con un legrado, termino mi primer frustrada experiencia.
Aquel fue nuestro primer cachetazo, nuestro primer traumático traspié inicial, que nos ayudo a despabilarnos, de las corridas y lo superficial, tuvimos que hacer nuestro primer duelo juntos, y cada uno a su manera buscar la forma de superarlo y continuar.
Al año vuelvo a quedar embarazada (1992). Atenta y alerta salimos disparados rápidamente al médico. Ya estábamos mejor. Mas armaditos como pareja, y teníamos ganas de que llegara a nuestras vidas aquella almita que no había podido ser..
Primer control satisfactorio, contentos, continuamos nuestra vida cotidiana con una gran alegría y esperanza. Pero cuando me realizan la primer ecografía, a las 12 semanas, se veía un embrión de esa edad gestacional , pero sin latidos vitales. Nuevamente dolor redoblado, llanto, nuevamente internación y legrado, que fue un día antes de mi cumpleaños 23.
Posteriormente a eso me hicieron algunos estudios de trompas y de sangre, que dieron bien. Vuelta al duelo, a la frustración, la inquietud, la incertidumbre, toda la familia y alrededores sociales enterados, el tema comienza a tomar más dimensión, me empiezo a mirar como posible causante de las pérdidas, inicio terapia y nos tomamos un lapso de tiempo más prolongado para reponernos y empezar a buscar nuevamente.
Pasan algunos años , volvemos a cambiar por tercera vez de médico, pero antes de comenzar a buscar, le llevamos los estudios que yo tenía y le comentamos los antecedentes. Encaminados con estudios, pasamos con el doctor un año y no se producía el embarazo. Nos había explicado que a veces el miedo hace que la psique haga de obstculo, por lo que inicie un tratamiento de estimulación ovárica y control de la ovulación para encontrar el momento justo de concepción. Y así se produjo el tercer embarazo allá por 1994.
Armadura en mano, estábamos con una coraza enorme y no le dijimos a nadie que esperábamos el tercer bebe. Tratamos de no generarnos expectativas y eso nos sirvió de colchón para soportar ver nuevamente la primer ecografía a las 11 semanas Sin actividad cardíaca en el embrión. Uff !!! Basta !!! Gritaba yo…nuevamente a quirófano, tercer legrado.
Luego de esta experiencia, decidimos no poner más el cuerpo , nuestra energía , ni nuestra mente en esto. Fue así como al cabo de unos meses empezamos las averiguaciones para la adopción. Y como era nuestra costumbre, meternos de lleno en los proyectos, no había medias tintas, fuimos a entrevistas a la Casa Cuna, y rápidamente comprobamos lo burocrático y desgastante que es toda la tramitación para papas que quieren adoptar. Aparecen Organizaciones privadas que acortan la larga espera, y lucran con la ansiedad emocional de los potenciales padres y te cobran desde la primer consulta de explicación, al último papel. Allí todo absolutamente todo se paga. No salíamos del asombro y el desanimo, mientras paso más el tiempo y allí por 1997 lo volvimos a contactar al doctor para volverlo a intentar.
Rutina de estudios nuevamente, había salido un problema en la coagulación de mi sangre. Algo raro llamado” Inhibidor lúpico,” con tratamiento podría quedar embarazada, pero de vuelta el riesgo de pérdida estaba. Habíamos juntado coraje, así que nos embarcamos nuevamente en el derrotero de médicos ya encomendándonos a Dios.
Con seguimiento médico quede por tercera vez embarazada , la tan temida primer ecografía de las 12 semanas dio actividad cardiaca positiva, ahora quedaba encarar el tratamiento hematológico , para lo que tendría que abandonar al doctor hasta ese momento para pasar al Policlínico Bancario, a manos de la jefa de hematología y jefe de obstetricia conjuntamente. Así lo hicimos, encomendándonos a Dios, inicie reposo que duro por 6 meses en cama y tratamiento de inyecciones con Heparina durante ese tiempo.
Y gracias a los médicos, a las oraciones de todos y a Dios, pudo nacer Lucas, en 1998, mi cuarto, pero primer hijo.
Al año siguiente, cuando hice el testeo de la coagulación de la sangre, el problema anterior del “inhibidor lupico” se había negativizado. Cosa excepcional, pero que ocurre. Y así con la bendición medica y redoblada esperanza , un año después buscamos naturalmente un hermano para Lu, y quede embarazada por quinta vez. A los nueve meses nació Tomas, sin ningún tratamiento médico, sin reposo, con un embarazo feliz sano y a término en el año 2000.
Luego de 19 años de matrimonio, nos divorciamos. Después de varios años sola, cuando ya no me imaginaba que por la edad que tenia (43) podía suceder… Estaba en pareja recientemente y sucedió…
Esta es la historia, de nuestra última historia, de este final nuestro, tan lleno y vacio, de alegría y dolor, tan concreto y abstracto ,material y sutil, cerrado y abierto, permitido y prohibido, deseado y negado, aprobado y aplazado, mirado e ignorado, de día y de noche, tan blanco y negro , oscuro y luminoso….que prefiero recordarlo como una gran Luna que no pudimos transitar y un gran Sol….tu vuelta al gran Sol central, tu vuelta al hogar.
Cuéntales…, cuéntales a los ángeles en el camino al Sol, que estuviste conmigo, un ratito acá en la tierra. Cuéntales que bajaste porque tus padres te deseaban, en lo más profundo, aunque sus miedos no les permitiera admitirlo, porque era una gran oportunidad de sanar sus memorias heridas.
A tu Papi casi lo abortan, la abuela no lo permitió, y lo sostuvo a pesar de que la despreciaran. Creció sintiéndose indeseado y desvalorizado. Tu mami trae viejas heridas de otras almitas que no pudieron encarnar.
Así bajaste y una noche de amor, encarnaste. Te hiciste realidad, tu latencia vital estaba presente. Y lo supe desde ese instante.
Y ahora…? La incertidumbre de esperar los días sucesivos, para que un test confirmara lo que yo íntimamente sabía desde la mismísima noche de tu concepción, una noche de verano, día y hora exacta. Lo supe siempre. Como si te estuviera esperando, como si esperara recibirte en casa.
Así llega el día indicado del test, esperando el transcurrir en soledad , silencio, y desazón…para confirmar lo que sentía… Tu venida a mi vida. Tu venida a mi vientre.
Mariposas de colores, alternadas de flores envueltas de sol se acunaban en una danza de paz, perfumada de plenitud, placer y alegría en mi útero feliz….Solo yo lo sabia…y lo disfruté esos días de magia y belleza hasta que tuviera que comunicar la noticia…
Cuando llegó ese día, comenzó el desgarro del inicio de nuestra separación…Shock inicial, acompañado de reproches , culpas, autocastigo , y desesperada búsqueda de solucion al “error de calculo”..
Inmediatamente me hice cargo de todo: de los reproches, la culpa, el correspondiente autocastigo, el error de cálculo, y de lo que sucedería con mi cuerpo…disociado de mi alma y de mis deseos.
Todo estaba en contra en ese momento empezando por la respuesta negativa, terror y casi huida de aquel compañero , luego mi edad, mi estado civil, mi compleja trama familiar, mi vulnerable condición psico-espiritual, mi situación económica, mi circunstancia laboral, todo, sobre todo mi inmensa soledad…
Así fue como habituada a resolver las cosas con autodeterminación, sin ayuda inicié un autotratamiento recomendado de pastillas que se suponía que en solo dos tomas se terminaría todo. Pues no sucedió así. Mi disociación mental y espiritual se fracturaban con el correr de los días junto a la desesperación de cumplir urgentemente con el objetivo nefasto propuesto. Nadie, absolutamente nadie podía saber lo que me estaba pasando, a la vez que continuaban pasando los días y yo aumentaba descontroladamente la dosis , pero ya para ese momento no me importaba si mi vida corría riesgo alguno. Una doctora de guardia se compadeció de lo que me estaba pasando y me ayudo, pero ante su asombro dijo, que jamás vio una paciente que con 16 pastillas no le sucediera absolutamente nada….Así que me derivó con un colega que aceptó intervenirme…( muy en mi interior yo celebraba lo que a mi entender era un auténtico milagro de la vida, el triunfo íntimo de una pulseada ya ganada del enorme ímpetu de vivir , por sobre la arrogancia y la omnipotencia matadora del ego )…
Recuerdo la entrevista que tuve con el doctor, la charla de pareja y el intento vano de convencerlo de que todo siguiera adelante, ”no se quiere ir parece “…dijo… pero la negativa seguía en pie. Y asì fue como se concertó la cita, día , hora y demás …donde ese almita habitante en mi útero y yo nos despediríamos de este tránsito corto aquí en la tierra.
Ya estaba listo mi cuerpo en la camilla y me llevaban a quirófano. Nunca olvidaré ese pasillo donde yacía otra mujer en espera del mismo destino que yo. Nos miramos ambas tristemente sollozando en silencio, yo entre primera. Rezaba, le pedía a Dios y a la Virgen perdón, acompañamiento y que sean los guías de nuevo hacia la Luz, de quien habitaba en mi. Parte de mi alma también fragmentada se iría con ella….
Mire el reloj, y cuando mis ojos se entrecerraban por la anestesia, le dije “Adiós! Gracias por haberme bendecido con tu visita , por haberme acompañado este tramo y haberme dejado esta enseñanza que no olvidaré jamás, nos veremos de regreso al hogar mi dulce amor, A DIOS”..
Y esa fue mi despedida… lo que sigue fué la vuelta a casa, donde mi mamá, la única que lo sabia me esperaba . Ese mismo día terminé la relación . Lo que empezó ahí fué un largo trabajo para sanar del dolor mi alma, de esa herida que aún duele … Para la sociedad continua el silencio….pero ya han pasado 3 años y a no ser por el ámbito terapéutico , parece que algo murió en mi, que aún continúa el silencio…