El apego al dolor
Algunos autores como Casilda Rodrigañez Bustos, afirman que con la intervención de la medicina, al servicio del poder imperante, en la forma de la ruptura de la simbiosis inicial de la vida, cuando se separa al recién nacido del cuerpo de la madre, se genera un plus al trauma de nacimiento.
En el que se produce un impacto de por vida (life long impact), debido a la toxicidad neuroquímica que las hormonas del estrés y del miedo producen en un sistema neurológico en maduración. La endocrinología, también explica los efectos patológicos de las descargas persistentes de las hormonas del estrés y del miedo, en términos de sumisión bioquímica.
La “Falta Básica” en lo psíquico, concepto de M. Balint sumado al “life long impact” en lo somático, teniendo en cuenta que nacemos sólo con el 25 % del sistema neural formado, dejan a la criatura humana en un estado de vulnerabilidad de por vida. Por supervivencia y sobreadaptación, queda el humano en estado de sumisión, indefensión y dependencia vincular.
Sentimientos como la soledad, la angustia, el miedo, la ansiedad persistente, pasan a ser estructurales en la condición humana, dejando la predisposición a todo tipo de dependencias, adicciones y la tendencia a los apegos.